Hemos dejado atrás la mitad del año, otros seis meses que se nos escapan como el agua entre los dedos.
Final de Roland Garros:
He de confesar que nunca fui muy aficionado al tenis. Recuerdo ir con diez años a jugar entre relinchos porque las clases eran en sábado y yo lo que quería era ver los dibujos. En el 2019 me he reconciliado con este deporte.
Este año vi la final del torneo y recordé la gran frase de Jimmy Connors acerca del juego de Nadal:
“Este tipo juega siempre como si estuviera arruinado”
Espectacular esta foto del torneo:

Barcelona: La Sagrada Familia:
Después de varios años volví a Barcelona. Esta vez pude entrar a la Sagrada Familia. Impresionante la luz cálida de tonos rojizos que entra por los cristales e ilumina el interior a media tarde. Si desde fuera sorprende la arquitectura de Gaudí, desde dentro quita la respiración. Pretenden concluir las obras en 2026, soy bastante escéptico pero tampoco sé mucho sobre construcción de catedrales.

Helado de pistacho:
He combatido la despiadada ola de calor que ha asolado la ciudad con helado. He descubierto mi nuevo sabor favorito: pistacho. No importa de cuántas bolas ni lo grande que sea el helado, me he mantenido siempre fiel. Pistacho, sin mezclas.
Negroni:
Celebrar la llegada de la temporada estival con uno de mis cócteles de día preferidos. Siempre me acuerdo de lo escrito por Garci acerca del negroni en esta maravilla de libro.

Un concierto y una canción:
Conseguí entradas para ver a Leiva en concierto. Tocaba dos días en el palacio de los deportes y los tickets llevaban meses agotados. En el concierto sonó la que para mí es la mejor canción del disco.
