Un mes completo encerrado en casa, desde el primer al último día. Nuestras salidas limitadas a comprar el pan o tirar la basura. Treinta y dos años después de su lanzamiento, la canción de Sabina cobra sentido –¿Quién me ha robado el mes de abril? Y la respuesta es difusa, no hay una clara respuesta ni a nadie que culpar.
Este mes de abril nos ha mostrado las dos caras de una misma moneda. La escalada hacia la cima con el número de contagios y muertos en aumento y la bajada, siempre más lenta de lo que nos gustaría.
Un mes oscuro, en el que la vida de muchos ha cambiado para siempre y el mundo posé una memoria colectiva. Estos son algunos de los mejores momentos de abril:
El despertar de las flores
En las calles huérfanas las flores empiezan a salir de su letargo. Los árboles brotan y los colores contrastan con el gris del cemento. De momento, tendremos que conformarnos con verlas crecer desde la ventana.
Los desayunos
Las mañanas despejadas con un sol que aún no quema, invitan a desayunar fuera. A falta de bares a los que acudir hay que reinventarse en los patios y terrazas.
Preparar el café por la mañana se ha convertido en un ritual. Una especie de ceremonia que intento ejecutar con precisión milimétrica. No es práctico ni aconsejable si hay prisa. Necesita báscula, temporizador, filtro, hervidor de agua y paciencia.
El resultado es un café americano suave y con más sabor. Una buena forma de ganarle al día.

Bloody Mary
En su genial libro Beber de Cine, Garci escribía que el Bloody Mary es el cóctel para una mañana de resaca, para apaciguar las voces de las brujas que remueven el caldero.
Del mismo modo que hay cócteles que no se deben tomar sin pajarita, la única manera sensata de sumergirse en un Bloody Mary es en pijama y de cabeza -un pijama de seda y la cabeza de latón-, o en los instantes previos a abrir la ducha, o justo cuando escuchas el portazo de la rubia. Tiene otros tragos y otras circunstancias, pero conviene dejar bien escrito que la mayor virtud del Bloody Mary es su efecto reparador de la resaca. De ahí que debes tener muy en cuenta que el mejor momento para preparar un buen Bloody Mary nunca será tu mejor momento.
José Luis Garci. Beber de cine.
En mi opinión, es un cóctel para tomar al sol, antes o durante una comida. Perfecto para cuando el sol calienta la piel y los zapatos se llevan sin calcetines.
Un documental
Las plataformas de vídeo viven su momento dorado. El mundo entero en cuarentena y un catálogo infinito por descubrir, donde enterrar las horas y los días.
Este mes he descubierto Killian Jornet: Path to Everest. Un joven atleta con un talento innato para los deportes de montaña.
Durante una hora y media el documental habla de la preparación del alpinista, de su personalidad autodestructiva y del vacío que experimenta quien ha alcanzado todos sus objetivos demasiado pronto en la vida.
El camino hacia el Everest muestra el esfuerzo mental y disciplina necesaria para este tipo de deporte. Llevar años preparándose y a 400 metros de la cima, tomar la decisión: intentar culminar poniendo en riesgo su vida o retirarse al campamento.
Carlos del Amor
Sigo desde hace años a este periodista de la sección de cultura de televisión española. Ha tomado el difícil camino de convertirse en cronista de la cuarentena con sus vídeos de poco más de dos minutos.
Impresionante la creatividad que requiere poder sacar una pieza cada noche y mantener la misma frescura y calidad durante todo un mes.
Están todos disponibles en youtube bajo el nombre de Los Días Raros.
