Ya a las puertas del verano y dejados atrás los meses fríos y la lluvia, comienza la estación más corta del año.
Al verano le pido noches cálidas en las que pasear en manga corta sin frío ni calor.
Atardeceres en terrazas acompañado de risas y amigos.
Desayunar al aire libre mientras escucho los pájaros y el calor aún no se mastica.
Pasear por la playa, bañarme en el mar y comer helado.
Que los mosquitos me respeten que tampoco les he hecho nada.
Leer mientras me seco al sol.
Comer y cenar fuera refugiados del calor del día.
Escribir a la sombra de la parra.
Vivir despreocupado en un continuo sábado sin más decisión que qué bañador ponerme.
Viajar, pasear y vivir sin reloj.
A Ella y su piel salada, sus manos suaves y el olor a fruta de su pelo.
